Hotel Gracery Kyoto Sanjo

El edredón de este hotel puede volver loco a cualquiera. No usa funda, sino sábana. Es sintético. Parece que no lo cambian con cada huésped. Tiene manchas. Al cubrirlo, se hace un desastre. Lo até por las cuatro esquinas, pero la funda se deslizó. El edredón, que estaba fijado en las cuatro esquinas, se deslizó por un lado y no pude dormir. Más tarde, con este tiempo, dormí con una sábana y me despertó el frío de madrugada. Creo que la gerencia del hotel es estúpida e irresponsable. La diferencia de precio entre lavar sábanas y fundas es enorme, el efecto es muy diferente y no lo compensan en absoluto. Si el huésped anterior tiene problemas de piel o resfriado, el siguiente lo sufrirá. El hotel ha sido renovado, pero esta mala costumbre no ha mejorado. Nunca me alojaré en un hotel de esta categoría. Las zapatillas están sucias y viejas, lo cual también es repugnante. Algunos hábitos de higiene japoneses son realmente insoportables. La última vez que estuve en Nishimuraya, un hotel japonés de aguas termales, vi con mis propios ojos que el personal acomodaba cuidadosamente las pantuflas y venía a servir los platos sin desinfectarse las manos.

El servicio es regular. El personal de servicio no fue amable cuando dejé mi equipaje el día antes del check-in. En cuanto al equipamiento, el tapón de la bañera tenía un problema y no almacenaba bien el agua. La limpieza era aceptable. El hotel está cerca de la zona concurrida, pero un poco lejos de la estación de metro.

El hotel tiene una buena ubicación, pero el servicio no fue tan bueno como la experiencia general que tuvimos en Japón. Entiendo que nos alojamos allí durante un fin de semana largo, pero considerando el precio que pagamos, esperábamos algo mucho mejor. ¡Y eso que era una habitación para fumadores sin desayuno!